Miró la pared del fondo y se sitió en una escena extraña, ella entró reclamándole alguna cosa, como lo había ensayado se acercó, le dijo unas cuantas verdades y eliminó la seriedad con un par de chistes flojos. La risa fue fingida, pero suficiente para hacer que la conversación se volviera absurda, con algo de sátira política y estupidez que rayaba con cultura basura televisiva, se entregaron a las carcajadas sin dejar de representar un poco de tensión incómoda. Luego de un merecido intermedio de tinto y nicotina, se encontraban los dos en la cama, pero discutiendo de lo extraña que estaba ella, de lo inútil que él se sentía, uno que otro comentario sarcástico y mil miradas de desprecio. Con una llamada de teléfono desvió su atención a lo que ella respondió saliendo enérgicamente por la puerta. Al colgar de hablar con “otra” solo creyó verla por la ventana de la cocina que aparentemente daba a la calle. El resto de la trama no tenía mucha importancia, se sintió liberado cuando cayó el telón, recompensado con aplausos fue tras bambalinas donde se quitó su disfraz y maquillaje, volviendo así a su mundo real, que es un mucho mas tranquilo.
3 comentarios:
definitivamente todo es una gran obra de teatro...
tu que actor eres??? dentro de la obra de quien???
Hmmmm... en que momento se corren las bambalinas: en cuando se abren o cuando se cierran? pues es en ese momento donde nace o muere alguien...
Y como saber donde esta la frontera entre el actuar y nuestra realidad..
sin saber si sigue actuando?
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